Si se considera que aprehender implica el hecho de que el ser humano opte por apropiarse del mundo de una determinada manera, transformando la realidad y en el proceso transformandose a sí mismo, definitivamente el aprendizaje no puede considerarse algo trivial; por el contario, es trascendental en la vida personal académica y laboral de cualquier persona. En este mismo sentido, tampoco puede observarse y medirse con base en unas simples preguntas a propósito de algunos contenidos programáticos cualesquiera, ya que en un examen se pueden valorar la comprensión o la memorización de datos, la solución de problemas o la aplicación de fórmulas o procedimientos, pero no los cambios personales. El aprendizaje implica un proceso de transformación personal, por lo tanto, el énfasis no debe estar en los contenidos o en el proceso de enseñanza-aprendizaje, sino en la identidad personal y el proceso de transformación del alumno. En otras palabras, la evaluación debería centrarse en los cambios que el alumno manifiesta en sus habilidades, actitudes, valores, hábitos, relaciones interpersonales, capacidades, etc., como resultado de cursar una asignatura o módulo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hola Trinidad:
ResponderEliminarConsidero ql igual quee tu, que deberiamos de tomar en cuenta en la evaluación, los cambios que cada alumno tiene, sin embaro, te preguntaría ¿como justificarias ante los dema alumnos, un 7 por lo que aprendio extra aunque sea el mejor de la clase y un 7 al que aprendio pero que no es el mejor?, creo que tendriamos que enseñar a los jovenes a que vean sus cambios y sus perdidas, cosa que considero yo, tambien seria dificil, ¿no crees?